viernes, 1 de febrero de 2013

Menú Violenta nº1: #ViolenciaSimbólica


Enero y la #ViolenciaSimbólica: invisible, silenciosa, poderosa.

Se terminó el mes de enero y con él se da por terminada la primera de las inciativas de la campaña “12causas feministas por un 2013 menos machista”, que ha tenido una acogida y una participación desbordante desde todos los rincones del mundo. Recordemos que la causa del mes de enero era la #ViolenciaSimbólica y que desde esta Taberna nos habíamos comprometido a elaborar “Un menú violeta” para cada una de las causas a partir de toda la información compartida y recogida a través de las distintas redes sociales desde las que “12 causas feministas” actúa: Blog, facebook, twitter @12causasfeminis.


¿Y qué es la Violencia Simbólica? Nos preguntamos. Porque sí, porque a la mayoría de nosotras/os cuando nos preguntan qué tipo de violencias (ejercidas sobre las mujeres) conocemos nos vienen rápidamente a la cabeza la violencia física y la violencia psicológica .(Esta afirmación la hago de manera rotunda tras haber pasado 60 días encuestando a la población a pie de calle, sobre distintos aspectos de la violencia de género. No sea que me vayan a echar por tierra el argumento). ¿Y el resto? ¿Es que acaso sólo se puede sufrir violencia de género en el ámbito familiar/pareja  y está, a su vez, sólo puede ser de tipo físico y/o psicológico? No, ni mucho menos. Pongamos un ejemplo: si vamos tranquilamente caminando por la calle y sufrimos una agresión sexual, ¿qué tipo de violencia es esa? Y si es un desconocido ¿cómo vamos a incluirla en el ámbito familiar/ de pareja?


Pues para eso están las Leyes de Protección Integral contra la Violencia de Género. Y, aunque la Ley Orgánica a nivel estatal recoge en su Artículo 1.3. “La violencia de género a que se refiere la presente Ley comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad”, algunas leyes a nivel autonómico son muchos más concretas. Por ejemplo, la Ley de Canarias establece en su Artículo 3. las siguientes formas de violencia de género:

1.- Malos tratos físicos.

2.- Malos tratos psicológicos.

3.- Malos tratos sexuales.

4.- Abusos sexuales a menores (incluida la observación y exhibición por parte de un adulto).

5.- Acoso sexual.

6.- El tráfico o utilización de mujeres de explotación sexual, prostitución o comercio sexual.

7.- Mutilación genital femenina.

8.- Violencia contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres (esta es la favorita de la Iglesia Católica y del Ministro de In-justicia actual, pero eso ya lo habrán deducido ustedes mismas).

9.- Maltrato o malos tratos económicos.

10.- Cualquieras otras formas análogas que lesionen o sean susceptibles de lesionar la dignidad, la integridad o libertad de la mujer.



Así como las siguientes Situaciones de violencia de género: 1.- Situaciones de violencia doméstica (incluyendo familiares o personas relacionadas con el agresor; 2.- Situaciones de violencia laboral o docente y 3.- Situaciones de violencia social: son las que se operan por quienes carezcan, en relación con la víctima, de cualquiera de los vínculos que se relacionan en los dos apartados anteriores del presente artículo.



Como vemos, la violencia de género no sólo no se limita al ámbito familiar y doméstico y mucho menos se concreta en malos tratos físicos y/o psicológicos. ¿Por qué? Pues por el simple hecho de que la violencia de género es todo acto de violencia ejercida sobre las mujeres por el simple hecho de serlo. Y aquí es donde entra la Violencia Simbólica.



Según Pierre Bordieu, que creó el término en 1970 la Violencia Simbólica es “esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas expectativas colectivas, en unas creencias socialmente inculcadas”.



Es decir, este tipo de violencia se caracteriza porque no se sirve de la fuerza física para ser ejercida, sino de estrategias que pueden ser mucho más poderosos y eficaces, como la imposición de roles sociales, de estereotipos de género, etc., todo ello vílmente invisibilizado por quien la ejerce, desconocida por quien la padece y asumida por la totalidad de la sociedad impregnando todos y cada uno de nuestros actos, acciones, decisiones, etc.  Fruto, todo ello, de esta sociedad sustentada en unos pilares patriarcales, en la que la cultura imperante es la del dominio de “lo masculino” donde el hombre es la norma y la mujer lo complementario.



Que sí, que esta explicación es muy teórica y muy bonita pero probablemente nos resulte un tanto complicado (no porque no sean capaces) encontrar un buen ejemplo. Pues para eso está esta tabernera sirviéndose de todo el material y los ejemplos que los cientos de seguidoras/es de esta campaña han ido facilitando a lo largo del mes de enero en las distintas redes sociales.

Baño de hombres. #ViolenciaSimbólica
 Baño de hombres de un bar/restaurante

Lo que para unos podría no ser más que algo anecdótico y/o incluso una "modernura" no es más que violencia simbólica. "El poder otorgado a los dominantes es la base de la violencia simbólica, que lleva a los propios dominados a ejercer sobre sí mismos las relaciones de dominación, y lo que asegura su existencia es que las ignoran como tales." (César Jerónimo HERNÁNDEZ MORAES. Violencia Simbólica. UNAM).

 El cuerpo de las mujeres. #ViolenciaSimbólica.



Foto ganadora de un concurso, en la que la mujer de la imagen se representa sin genitales, de forma parecida a una muñeca.


"En nuestra cultura la mujer ha sido pensada, categorizada, definida, “hablada”, por un pensamiento construido exclusivamente por hombres que, al mismo tiempo que construían su identidad, relegaban lo femenino a lo “Otro”, al silencio, a la naturaleza, a la materia, a la ambivalencia simbólica, al “lado de la opacidad” (Amoros, 1985: 25).

Otra manera, absolutamente invisible de Violencia Simbólica, es el bombardeo constante sobre cómo debe ser nuestro cuerpo y a qué cánones de belleza debe responder. Si tan necesario es establecer un "estereotipo de mujer ideal", cosa absolutamente imposible teniendo en cuenta las peculiaridades de cada uno de nuestros cuerpos, ¿por qué al menos no intentan, como mínimo, dejar constancias de las curvas propias del cuerpo de la mujer? Así, por un lado quieren que traigamos hijas/os al mundo y disfrutemos de nuestra maternidad pero, a su vez, pretenden que nuestras caderas quepan en una 38. 


 ¿Alguien puede meter un ramo de flores en un florero para una sola rosa? No, ¿entonces?...

De esta misma imagen, realizada por la ONG Anybody Argentina nos muestra otro ejemplo de violencia simbólica a través de los juguetes y/o muñecas "para niñas". 

¿O es que acaso no es violencia simbólica el que desde
nuestras primeras etapas de socialización nuestro referentes para jugar, desarrollar la creatividad y la imaginación, estén impregnandos de estereotipos sexuales y culturales? Oh, sí, querida criatura, esta muñeca tiene las medidas perfectas, el pelo del color ideal y el cerebro... ¡ah no, qué no tiene!

Si aquello que pretende estimular la creatividad de los menores está impregnando de violencia simbólica será mucho más difícil poder identificarla y reconocerla como tal.

Hay un medio, a través del cual, la violencia simbólica nos está bombardeando prácticamente las 24 horas del día y, esta es, la publicidad. Prensa, radio, televisión, aplicaciones móviles. Y aquí adjunto tres claro ejemplos.

Anuncios de productos "para hombres".

Publicidad orientada a los hombres. #ViolenciaSimbólica

Como puede observarse. En la mayoría de los casos los anuncios donde se publicitan productos "para hombres" utilizan como reclamo, sin ningún pudor, a las mujeres. Ambos casos son bastante explícitos sobre esta idea e, incluso, se toman la molestia de calificar a las mujeres como superficiales y materialistas que se dejan llevar por sus instintos más básicos. ¡Ay, a veces me imagino a esos seres misóginos dándose duchas intensivas de Axe, saliendo a la calle y entendiendo que lo único que van a "conseguir" de una mujer es provocarle una "arcada" con semejante "pestazo" (mal olor en canario).

Anuncios de productos "para mujeres".
 
Por otro lado, en los anuncios cuyos productos han decidido que deben ir dirigidos a mujeres pueden ocurrir a su vez varias cosas. En el primero, en el que se vende una máquina para cocinar dice el eslogan "El Chef lo hace todo pero cocinar, ¡eso es para las esposas! Waaaawwwww, mi querido eslabón perdido. ¿Quién te ha dicho que cocinar sea responsabilidad de las mujeres?

Publicidad orientada a las mujeres. #ViolenciaSimbólica.

En el segundo anuncio el lema es "tú cuida de él, que nosotros cuidaremos de tí". ¿Entendido? Las mujeres estamos capacitadas para ejercer la maternidad, traer vida al mundo pero luego, por alguna extraña razón, otros de fuera necesitan venir a cuidar de nosotras. ¿En serio? ¿Y cómo pretenden cuidarnos, operándonos y diciéndonos cómo debemos ser? No, gracias.

Y así un sinfín de ejemplos pero, me gustaría terminar con uno que vivimos a diario. ¡¡¡LOS TACONES!!! No hay nada que provoque más dolores de espalda, cervicales, pies, deformación de los dedos, etc. Que unos tacones. Eso sin contar el andar como unas vecilorraptoras y/o estar permanentemente en peligro de torcerte un tobillo y, además, perder los dientes que tienes con una caída. (Suerte que para eso también hay programas en la tele en los que minan la autoestima y luego te cortan el pelo, te regalan y traje y te ponen unos dientes de porcelana. Acto seguido te dan una patada en el culo y a disfrutar de tu ausencia de autoestima y tus estiramientos de piel).
Tacones. #ViolenciaSimbólica.

Como hemos podido ver, la Violencia Simbólica lo impregna todo, desde nuestros primeros juguetes, hasta la ropa que llevamos puesta "por moda", pasando por todos nuestros esquemas mentales. Es invisible, a penas de habla de ella, pero está ahí y podemos identificarla y, a su vez, combatirla para anularla. 

Basta ya de que nos digan cómo debemos ser, cómo comportarnos, cómo vestirnos o con qué alimentarnos. No somos "lo otro" de nada ni de nadie; somos un todo nosotras mismas y nuestras necesidades, deseos e intereses personales siempre serán mucho más "correctos y normales" de lo que las imposiciones culturales nos harán creer.





1 de febrero de 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario